sábado

CESAR VALLEJO

LA VOZ DEL ESPEJO

Así pasa la vida, como raro espejismo.
La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo!
junto al dogma del fardo
matador, el sofisma del Bien y ,la Razón!
Se ha cogido, al acaso, lo que rozó la mano;
los perfumes volaron, y entre ellos se ha sentido
el moho que a mitad de la ruta ha crecido
en el manzano seco de la muerta Ilusión.
Así pasa la vida,
con cánticos aleves de agostada bacante.
Yo voy todo azorado, adelante. . . , adelante,
rezongando mi marcha funeral.
Van al pie de brahmánicos elefantes reales,
y al sórdido abejeo de un hervor mercurial
parejas que alzan brindis esculpidos en roca
y olvidados crepúsculos una cruz en la boca.
Así pasa la vida, vasta orquesta de Esfinges
que arrojan al vacío su marcha funeral.


Cesar Vallejo (1892-1938)

sábado

PROVISIONALIDAD.



No conozco un lugar
donde duerman las olas
ajenas al murmullo
de los hombres sin labios.
Por eso yo me visto
de llanto y de ceniza
y aguardo primaveras;
el miedo no es partir
de cero o menos uno.
el terror verdadero
está en no amanecerse.

Vivir no es renunciar
a reinventar los días,
ni claudicar la voz
a un discreto silencio
para luego dejarse
morir en la distancia
de estériles reproches.
Tampoco renegar
de los sueños azules
y enterrarlos en sal
para que no incomoden.

Vivir es la impostura
exacta de los pasos,
la oquedad de las horas
que traen la memoria
cotidiana del barro.
Un tránsito fugaz
como la lluvia cálida
de agosto en nuestra piel.

Somos un verso esférico,
dos discursos de invierno,
tres latidos de fuego;
un reloj transitorio
de sesenta minutos.

LA MEMORIA DEL AGUA - 2008

jueves

LEONARD COHEN - SUZANNE


SUZANNE

Suzanne te baja de su lugar junto al río
Puedes oír los botes pasar
Y puedes pasar la noche junto a ella
A sabiendas que está medio loca
Pero es porque quiere que estés ahí
Y ella toma tu té y las naranjas
Todo esto venido desde China
Y justo cuando quieres hacerle entender
Que no tienes amor que darle
Ella te sube sobre la línea que dibujan sus olas
Y deja el río respondiendo
Que tú siempre has sido su amante
Y tú quieres viajar con ella
Y tú quieres viajar ciego
Y tu sabes que ella confiará en ti
Por que has tocado su cuerpo perfecto con tu mente.

Y Jesús fue un marinero
Cuando caminó sobre el agua
Y pasó un largo tiempo observando
Desde su solitario mástil de madera
Y cuando él supo con seguridad
Sólo los ahogados pudieron verlo
Él dijo “Todos los hombres serán marineros
Entonces hasta el mar se librará de ellos”
Pero él en si mismo estaba quebrado
Y brevemente el cielo podría abrirse
Desamparado, casi humano
El se hundió bajo tu sabiduría como una piedra
Y tú quieres viajar con él
Y tú piensas que probablemente confiarías en él
Porque ha tocado tu perfecto cuerpo con su mente.

Ahora Suzanne toma tu mano
Y te guía hacia el río
Ella viste harapos y plumas
De los contadores del Ejército de Salvación
Y el sol pobre cae como miel
Sobre nuestra señora de la bahía [del puerto]
Y ella te muestra hacia donde debes mirar
Entre la basura y las flores
Hay héroes en las algas
Hay niños en la mañana
Ellos se están asomando por amor
Y se asomarán de esta manera por siempre
Mientras Suzanne sujetaba el espejo
Y tú quieres viajar con ella
Y tú quieres viajar ciego
Y tú sabes que puedes confiar en ella
Porque ha tocado tu cuerpo perfecto con su mente.

domingo

LA MALA RACHA

Mientras dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres, caras, palabras. Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y siento mucho miedo de que se me vaya la vida en alguna distracción.


El libro de los abrazos - Eduardo Galeano

viernes

FOTOGRAFÍA

Playa de los Genoveses en el Parque Natural del Cabo de Gata - Almería

jueves

LISBOA

Lisboa es un crisol de luces,
empedrados caminos de miradas y asombros.

Dicta Rossio el latido de la ciudad
caminando sus venas a Praça do Comercio.

Avenida da Liberdade suplica sosiego
a sus hijos, enardecidos cabalgadores del asfalto.

Lisboa es un fragmento de vida
desvestidos paisajes hambrientos de luz.

Se mezcla el jazz del café Nicola
con el alma, las risas y el ron.

La mira el Castillo San Jorge,
vigía y faro de sueños y besos.

Lisboa es un palpitar de tranvías,
una senda de metal y mar enloquecida.

No duerme, permanece insomne,
absorta en el quejido de su canto.

La enlutada voz que no deja dormir la noche
recorre sus aceras como un susurro cálido y triste.

Lisboa es un fado recostado en el Tajo
que besa un atlántico bravo y salado.
LA MEMORIA DEL AGUA - 2008

miércoles

BOB DYLAN - Blowing in the wind

BLOWIN´IN THE WIND
(SOPLANDO EN EL VIENTO)

¿Cuántos caminos tiene que andar un hombre
antes de que le llaméis hombre?
¿Cuántos mares tiene que surcar la paloma blanca
antes de que descanse en la arena?
Sí, ¿y cuánto tiempo tienen que volar las balas de cañón
antes de que sean prohibidas para siempre?

La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento,
la respuesta está soplando en el viento.

Sí, ¿y cuántos años puede existir una montaña
antes de ser bañada por el mar?
Sí, ¿y cuántos años se permiten vivir a algunos
antes de que se les conceda ser libres?
Sí, ¿y cuánto tiempo puede un hombre volver la cabeza
y fingir exactamente lo que no ve?

La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento,
la respuesta está soplando en el viento.

Sí, ¿y cuánto tiempo tiene un hombre que mirar hacia arriba
antes de que pueda ver el cielo?
Sí, ¿y cuántos oídos tiene que tener un hombre
para que pueda oír a la gente gritar?
Sí, ¿y cuántas muertes se aceptarán, hasta que sepa
que ha muerto demasiada gente?

La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento,
la respuesta está soplando en el viento.

martes

EL MUNDO AL REVÉS ES POSIBLE

Autora: Lucy Garrido (con Gustavo Cortabarría)
Los fundamentalismos, sean políticos, religiosos, económicos y/o culturales, impiden el ejercicio de ciudadanías plenas y la consolidación de las democracias, atentando especialmente contra los derechos de las mujeres.

sábado

POETAS

ODA A LA CRÍTICA

Yo escribí cinco versos
uno verde,
otro era un pan redondo,
el tercero, una casa levantándose,
el cuarto era un anillo,
el quinto verso
era corto como un relámpago
y al escribirlo
me dejó en la razón su quemadura,
y bien los hombres,
las mujeres,
vinieron y tomaron la sencilla materia,
brizna, viento, fulgor, barro, madera,
y con tan poca cosa, construyeron paredes,
pisos, sueños.
En una línea de mi poesía
secaron ropa al viento,
comieron mis palabras,
las guardaron junto a la cabecera,
vivieron con un verso,
con la luz que salió de mi costado,
entonces llego un crítico, mudo
y otro lleno de lenguas,
y otros,
otros llegaron ciegos
o llenos de ojos,
elegantes algunos,
como claveles con zapatos rojos,
otros estrictamente vestidos de cadáveres,
algunos partidarios del rey
y su elevada monarquía,
otros se habían enredado en
la frente de Marx
y pataleaban en su barba,
otros eran ingleses,
sencillamente ingleses,
y entre todos,
se lanzaron con dientes y cuchillos,
con diccionarios y otras armas negras,
con citas respetables,
se lanzaron,
a disputar mi pobre poesía,
a las sencillas gentes que la amaban.
Y la hicieron embudos, la enrollaron,
la sujetaron con cien alfileres,
la cubrieron con polvo de esqueleto,
la llenaron de tinta,
la escupieron,
con suave benignidad de gatos,
la destinaron a envolver relojes,
la protegieron,
y la condenaron,
le arrimaron petróleo,
le dedicaron húmedos tratados,
la cocieron con leche,
le agregaron pequeñas piedrecitas,
fueron borrándole vocales,
fueron matándole sílabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron un pequeño paquete,
que destinaron cuidadosamente a sus desvanes,
a sus cementerios,
luego se retiraron,
uno a uno,
enfurecidos hasta la locura
porque no fui bastante popular
para ellos,
o indignados de dulce menosprecio,
por mi ordinaria falta de tinieblas.
Se retiraron, todos,
y entonces, otra vez,
junto a mi poesía,
volvieron a vivir mujeres y hombres,
de nuevo hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz,
y en el amor,
unieron relámpago y anillo.
Y ahora perdonadme señores
que interrumpa
este cuento que les estoy contando,
y me vaya a vivir para siempre con la gente sencilla.

Pablo Neruda (Chile, 1904-1973)

Voz de Joaquín Sabina

miércoles

FOTOGRAFÍA

La Mancha - España